Todo mi mundo cambió cuando él entró en la clase. Era un chico guapo de pelo rubio, alto y de facciones muy definidas, pero delicadas. Llevaba unos tejanos, una camiseta blanca y una chaqueta negra. A cualquier otro le hubiera parecido un chico normal, pero yo sabía que ocultaba algo y eso lo sabía por sus ojos, sus misteriosos y bonitos ojos verdes. Esos ojos que infundían misterio pero a la vez seguridad i calor. Yo quería descubrir ese misterio. Por un momento me perdí en sus ojos y mis pensamientos. Hasta que Mr. Greg, el profe de física dijo:
-Ahora que todos conocéis a Alexander, espero que lo tratéis bien-dijo Mr. Greg- Alexander puedes sentarte en ese sitio de allí, recuerda que ese será tu sitio definitivo.
Por un momento vi como las miradas de todas las chicas de la clase me miraban furiosas. Alex caminó hasta mi lado y se sentó. Yo lo miré intentando decubrír el misterio que todo él me infundía, pero no encontré la respuesta.
-Elena, podrías enseñarle el instituto a Alexander, después de clase- dijo Mr. Greg con una sonrisa dibujada en la cara.
-Si, Mr. Greg- dije sin ganas, i enfadada, estaba harta de decirle que me llamara Lena pero nunca me hacia caso.
Diez minutos antes de acabar la clase Mr. Greg me hizo una señal para que le enseñara el insti a Alexander. Los dos nos levantamos y salimos de la clase. Yo comencé a enseñarle el instituto, pero cuando namas había empezado a hablar, él dijo:
-Oye, puedes dejar de hablar- dijo fríamente- Tu voz me aburre.
Me enfadé muchisimo y no pude evitar replicar:
-Yo hablaré si quiero y quien eres tu para decir que aburro, que seas guapo no te da la llave del mundo que lo sepas, Alexander- dije seria pero un poco burlona a la vez.
-Preferiría que me llamarás Alex, si no te importa- dijo burlón.
Me lo quede mirando, era muy guapo si, pero un tremendo idiota, pero en su manera de hablar algo me decía que él no era así, i mi curiosidad por su misterio iba a más. El me hizo una media sonrisa y comenzó a andar, yo seguía quieta viendo como él se alejaba, Hasta que lo perdí de vista completa mente. Por unos instantes me quede sola, hasta que escuché unos pasos.
-Alex,-dije girándome- sabía que volverías- mi voz se fue apagando.
La persona que vi no era Alex, era un chico de mi edad, alta, de piel blanca, pero mucho más blanca que la de Alex, su pelo era negro y lo llevaba despeinado, como si viniera de viaje. Iba vestido con ropa negra. Sus ojos me sorprendieron al igual que los de Alex pero estos eran diferentes, a la vez que los de Alex infundían misterio, calidez y seguridad los de ese chico me infundían miedo, un miedo que nunca había sentido, ese miedo que cada vez iba a más. Sin pensarlo comencé a correr. Él me seguía, y yo corría lo más rápido que podía, hasta que encontré una puerta y entre. Dentro estaba oscuro así que no pude ver nada, me senté en el suelo y esperé a que sonara el timbre para poder escapar entre la multitud. Cuando los pasillos se llenaron de vida, salí pero era demasiado tarde el chico de antes me cogió y me metió de nuevo en el cuarto.
- No vale la pena que te resistas, morirás igual- dijo fríamente.
En ese momento el miedo se apoderó de mi y por unos instantes me quedé sin habla. Cuando la recuperé dije:
-¿Quien eres?¿Porque me quieres matar?-dije temblando
-Eh, chavalita, más despacio- dijo chuleando-Me llamo Erik y soy de otro mundo como tu amiguito alex.
-¿Amiguito? No es mi amigo, es frió, burlón y se porta mal conmigo- dije decidida, pero se me notaba el miedo.
-No te creo. Pero aunque no lo seas morirás por su causa.
-No, no quiero morir todavía.
-Oye nena, me estas haciendo perdéis el tiempo.
-¿Pero que ha echo Alex para que yo tenga que morir?
-No es lo que el ha hecho, el lo que el es.
-¿Y que es?
-¡Basta ya de preguntas!
Erik tenia en sus ojos la muerte, sabía que era mi momento de morir. Como un acto reflejo puse mis manos por delante y salio algo de ellas, como un poder, que hicieron a Erik retroceder. él me miro perplejo, ni el sabia lo que pasaba. Yo estaba asustada, ¿que era eso que salía de mis manos?¿ porque me quería matar?
- Tu. ¿Que eres?¿Algún ser mágico, un elfo, un hada, un mago?
-Que yo sepa no- dije asustada.
-Pues te matare antes de que desarrolles tu poder-dijo serio.
En ese momento vi una liz blanca y brillante , todo se iluminó. Pensé que estaba muerta, tenía calor, mucho calor y esa luz me transmitía seguridad. La luz se fue apagando y cuando conseguí ver, vi que Erik se escapaba y a Alex frente a mi.
-¿Que ha sido eso?¿Por que me quería matar?¿Que era lo que salía de mis manos?¿De qué mundo hablaba Erik?¿Que haces tu aquí?-pregunté asustada.
-Es muy pronto para que lo sepas-dijo Alex.
-Como que muy pronto, tengo derecho a saberlo-dije enfadada- además me implica ¿que era eso que salía de mis manos?
-No te impacientes, que lo sabrás.
-¿Pero que era esa luz blanca?
-Una luz.
-Vale, se que no quieres hablar, pero dime solo una cosa-dije insistiendo.
-¿Qué?
-¿Esa luz blanca la has provocado tu?-dije entusiasmada.
-No- dijo él, pero se notaba que era mentira.
--No sabes mentir-dije dirigiéndome a casa
-Ya lo sé.
No sabía a que venía todo eso, no era normal que un chico se me apareciera de repente y me quisiera matar. Tanto Alex, como Erik me parecían chicos raros, pero había que admitir que eran hermosos, pero estaban locos, era una pena . Pero yo quería descubrir ese misterio, pero que era Alex para que lo quisiera matar i que tenía que ver yo en todo eso.
Ya había llegado a casa, saqué las llaves i entré. Salude a mi madre que estaba viendo la tele y subí a mi cuarto. Una vez en mi cuarto me eché en la cama y poco a poco me dormí.
